¿Qué fue de los medidores “inteligentes” en Chile?

Estos aparatos electrónicos sustituyen a los medidores tradicionales de energía desde el año 2018, sin embargo crece la polémica sobre su utilidad y eficiencia.

Pese a que el 40% de los medidores instalados en Chile son digitales, estos dispositivos aún no son considerados como «inteligentes» por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC). 

 

Según las cifras de la SEC, actualmente hay más de 7 millones de medidores eléctricos en el país, de los cuales 4 millones son electromecánicos. El resto, cerca del 40,5%, son catalogados como «electrónicos», pero no «inteligentes».

 

¿Por qué no son considerados inteligentes?

Desde la SEC, explican que los medidores inteligentes no existen en el país, pues para que ello ocurra, debe existir una red eléctrica inteligente, equipamiento que hoy en día no está en operaciones.

 

La SEC clasifica los medidores electrónicos en tres tipos, de los cuales ninguno cumpliría con la categoría de inteligente:

 

  • Display digital: Muestra el consumo en forma digital.
  • Convencionales: Tienen un contador ciclométrico con una tarjeta electrónica.
  • Concentradores: Capaces de medir el consumo de hasta 8 unidades residenciales en un solo medidor, ahorrando espacio en edificios y condominios.

 

Próximos desafíos energéticos

Según expertos, Chile se muestra rezagado en el uso inteligente y eficiente de la energía eléctrica. Los medidores inteligentes no solo permiten la medición en tiempo real, sino también una facturación más precisa al enviar datos automáticamente al proveedor de energía, eliminando la necesidad de lecturas manuales y estimaciones. 

 

Desde la Comisión Nacional de Energía (CNE) han reconocido que la implementación de medidores inteligentes es una tarea pendiente, mientras que las empresas eléctricas avanzan en mejorar los estándares hacia la transición energética implementando la infraestructura requerida para ello.

 

Hoy, estas materias siguen siendo un desafío crítico para el país. La implementación de estas tecnologías no solo mejoraría la eficiencia energética, sino que también contribuiría a una gestión más sostenible y precisa del consumo eléctrico.

 

 

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