Las tendencias de emprendimiento según el Foro Económico Mundial

  • La entidad realiza un análisis y desprende que el 2022 habrá más intención de emprender, pero existirán varias tareas pendientes por completar.

Tras el arribo del coronavirus todo cambió. El emprendimiento se vio duramente afectado a nivel global, ya que muchas personas se quedaron sin las herramientas para hacerlo, o bien, sus ideas de negocio tenían muy pocas chances de perseverar.

 

No obstante, ¿será 2022 un buen año para los emprendedores? Esta es la respuesta que el Foro Económico Mundial intentó resolver realizando una encuesta que incluyó la opinión de más de 150.000 encuestados de todo el mundo.

 

En este nota, te contamos cuáles fueron las tendencias del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2021/22

Sentimiento positivo generalizado en cuanto a las oportunidades de emprender

El sondeo entregó claros indicios de una recuperación económica mundial que se reflejan en el sentimiento empresarial positivo sobre la búsqueda de nuevas oportunidades y la creación de empresas.

 

En 15 de las 47 economías estudiadas, más de la mitad de los que inician o dirigen un nuevo negocio coinciden en que la pandemia ha generado nuevas oportunidades de negocio. En 2020, este fue el caso de sólo nueve de las 46 economías.

Aún no se recuperan los niveles pre pandémicos

 

Al comparar los datos de 2019, 2020 y 2021, es posible establecer que la actividad emprendedora aún no ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia en la mayoría de los países. El descenso ha sido superior a la mitad en Polonia, la República Eslovaca y Noruega.

 

Sin embargo, hay excepciones, especialmente en Arabia Saudí y los Países Bajos, que han experimentado un aumento de la actividad empresarial en cada uno de los dos últimos años.

 

El bajo nivel de crecimiento a la hora de emprender, también ha afectado a los negocios más establecidos, quienes no tienen en carpeta crecer a nivel de personal. En una cuarta parte de las economías estudiadas, más de la mitad de los que inician o dirigen una nueva empresa esperan no emplear a nadie más que a sí mismos en cinco años.

La personas creen que emprender es fácil, pero no lo hacen

Otro dato interesante obtenido en el GEM, es que, mientras muchos adultos perciben que crear una empresa en su país es fácil, sólo una proporción muy pequeña tiene la intención de hacerlo.

 

Por ejemplo, en Reino Unido más del 70% de los encuestados está de acuerdo en que es fácil crear una empresa en ese país, sin embargo, menos de 1 de cada 10 tiene intención de crear una empresa en los próximos tres años.

 

Del mismo modo, en la India, más del 80% de los encuestados están de acuerdo en que es fácil crear una empresa en ese país. Sin embargo, menos de 1 de cada 5 adultos espera crear una empresa en los próximos tres años.

Mayor digitalización en países de bajos ingresos

Las restricciones de la pandemia y la mejora de la infraestructura digital aumentaron la prevalencia de la adopción de la tecnología digital entre los países de bajos ingresos, donde uno de cada dos nuevos empresarios espera aumentar el uso de las tecnologías digitales para vender sus productos en los próximos seis meses.

 

Ejemplo de ello ha sido la adopción de sistemas que permiten que los clientes no salgan de casa para comprar, tales como las apps de delivery para restaurantes, plataformas de ecommerce y otros servicios con sistemas que llevan todo a casa.

No existe un ecosistema educativo para emprender

Además de encuestar a una gran cantidad de emprendedores y empresarios, el GEM también consultó a expertos de cada uno de los países incluidos en su estudio.

 

Una tendencia muy preocupante es que los expertos evalúan en general que la educación empresarial en la escuela es un fracaso. En esta línea, 39 de las 50 economías participantes afirmaron que hoy por hoy prácticamente no existe una educación que entregue a las personas las herramientas necesarias para emprender en el futuro.

 

Esto podría tener consecuencias a largo plazo, como la limitación de la creatividad, el cultivo de una escasa comprensión de la dinámica del mercado y el no aprovechamiento de las intenciones de creación de nuevas empresas entre los adultos en el futuro, obstaculizando a su vez el crecimiento económico.

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