Las alzas de tasas del Banco Central y sus efectos en créditos hipotecarios, ¿en qué fijarse?
- Por Raúl Saldivia, Director Ejecutivo de RSA Gestión Inmobiliaria. Abogado Magister en Derecho Registral e Inmobiliario.
Dada la decisión del Banco Central de aumentar las tasas de interés, los bancos y demás instituciones financieras, como las mutuarias por ejemplo, se han alineado y en consecuencia prácticamente todas las instituciones financieras subieron las tasas de manera considerable. Antes de la decisión del BC las tasas promedio estaban en el orden del 2,9%, y hoy se encuentran en el orden del 4,7%, lo que por supuesto ha hecho encarecer los créditos hipotecarios de manera considerable. Lo anterior, sumado a la disminución de los plazos máximos para el pago de los créditos, ha hecho que mucha gente que estaba en búsqueda de alguna propiedad para comprar haya tenido que desistir de ello dado que la carga financiera no les alcanza en estos momentos para optar a un crédito para la compra de vivienda.
En este contexto, al momento de cotizar o solicitar un crédito hipotecario, las personas tienen la opción de que sea con tasa variable, tasa mixta o tasa fija. Si actualmente están con la idea de adquirir una propiedad y el nivel de ingresos les permite solicitar un crédito hipotecario, aunque sea una tasa más alta o a menos plazo, lo recomendable es siempre cotizar en al menos unos tres bancos y también en mutuarias y ver cuál es la opción que le ofrezca una menor tasa y a un plazo más extenso, así como también revisar qué tipo de tasa le conviene más, fija, variable o mixta.
En caso de que las tasas en cualquiera de las instituciones en que se cotice siga siendo muy alta, es factible igual tomarlo, ya que en cualquier momento puede cambiarse de banco o institución a través del proceso de portabilidad financiera establecido en la ley 21.236, si es que le ofrecen mejores condiciones.
Por otro lado, si una persona se siente insegura y ya no quiere recurrir a un crédito hipotecario, siempre será recomendable ahorrar la mayor cantidad de dinero posible para así no tener que solicitar un crédito o bien éste sea lo menor posible para que no resulte tan costoso. Si bien, existen otras alternativas, como los leasing habitacionales, que consisten en un contrato de arrendamiento por la propiedad que es adquirida por la institución financiera o inmobiliaria. Dicho contrato es por un plazo determinado, con la posibilidad de que una vez que finalice el acuerdo, la persona pueda adquirir la propiedad pagando la cuota restante de compra, pero finalmente resultan aún más costosas y son más limitadas en cuanto al valor máximo establecido para la compra de dicha vivienda.
Por lo anterior, también se recomienda que si tienen la posibilidad, recurran a subsidios habitacionales, los que eventualmente a futuro sean mejorados y cubran un mayor porcentaje de la compra justamente por lo difícil que se volverá acceder a créditos hipotecarios. También se debe evaluar la opción del arriendo, ya que si se logra encontrar una propiedad en arriendo a bajo valor, eventualmente les permitirá ahorrar mayor dinero para, a futuro, cuando la situación económica se estabilice y las tasas vuelvan a los valores que se veían hace uno o dos años y vuelvan a aumentar el plazo de los créditos, puedan solicitar uno por un monto más bajo y con ello paguen un menor dividendo.