Los líderes de hoy
- Por Christian Bordón, Sicólogo y Coach PNL. Director de PeerCoach y profesor Universidad Finis Terrae y Católica de Valparaíso.
Ni el más grande de los teóricos pensó que habría un cambio tan radical y generalizado en el mundo tras la pandemia y que afectaría todos los ámbitos de la vida diaria, sin vuelta atrás.
En inglés existe un acrónimo utilizado para describir estos procesos de volatilidad e incertidumbre (uncertainty) y es conocido como VUCA.
Enfrentados a la pandemia, era difícil predecir las amenazas o aprovechar las oportunidades para adaptarse a este entorno que parecía fuera del alcance.
Desde las diferentes organizaciones a empresas debieron replantearse los más mínimos detalles – entre ellos – cómo liderar a distancia en oficinas. Los puestos vacíos, sin duda, fue uno de los desafíos y proyectar confianza en medio de una crisis a oscuras el siguiente.
En este entorno, fue necesario identificar factores que favorecían la capacidad de resiliencia y no solo destacar las competencias «duras». Anticipar el cambio como resultado de VUCA es una consecuencia de un líder resiliente”, expresa Suhayl Abidi, profesor de estrategia y director del Centro del estudio VUCA en la universidad de Amity de la India.
Así, se instauró la premisa de “liderar con propósito”, con el plan que la gente se enamore de lo que hace, que las personas se identifiquen tanto como el líder con el propósito y que juntos busquen el mismo objetivo, pero todo esto era necesario de conseguir sin reunir físicamente.
En esto, es vital la retroalimentación y el orden, siempre partir desde lo positivo, para después abordar otros aspectos y luego la tan valiosa ayuda. No obstante, este nuevo liderazgo contempla romper creencias y reta a los lideres a fijar metas reales a corto plazo, y a comunicarnos en forma directa solo lo justo y preciso. El tiempo se volvió más valioso y es necesario ser cada vez más eficientes.
Una de las claves en este proceso es el compromiso. En el mundo antiguo se pensaba que el compromiso era igual que un contrato, yo lo exijo porque te doy un sueldo todos los meses. Pero, el tipo de compromiso que se instaló está basado en una relación de confianza y ella es exitosa cuando la deposito en ti para que tengamos un propósito compartido; en que ambos conocemos el aporte de cada uno para lograr el objetivo y nos desafiamos juntos a hacerlo, cada uno aporta sus habilidades, recursos, conocimientos e historia.
Actualmente, construir un equipo se basa en reunir a un grupo de personas que logren lo que se proponen, que vivan la pasión, porque hoy, más que antes, la pasión es la que nos va a unir. Hay que aprovechar la situación de crisis de la que venimos y dejar el muro de los lamentos para enfocarse en el mundo actual.
La pandemia puso de manifiesto la rapidez con la que se pueden alterar los hechos importantes y fundamentales de nuestro tiempo.
Un artículo en Harvard Business Review de Martin Reeves y Kevin Whitaker razonaba que “La resiliencia se ocupa de lo desconocido, lo impredecible y lo improbable …. A corto plazo, una crisis puede parecer táctica, pero en el tiempo, las nuevas necesidades crean oportunidades. Las crisis también pueden ser el mejor pretexto para acelerar el cambio transformacional a largo plazo. Por lo tanto, una de las funciones claves de los líderes es cambiar los horizontes
Cuando hablamos de la capacidad de implantar un fin, no estoy hablando de alguien que sepa hablar bonito, sino de alguien que se atreva a hablar primero, que muestre cómo construir el camino, que se atreva a equivocarse y no tema a pedir ayuda. Y por, sobre todo, se aventure a poner metas concretas de lo que vamos a hacer por indicadores reales, hoy, mañana o este viernes, no dejar objetivos para el próximo mes.
Hoy, los líderes tienen el desafío de promover la autonomía, cultura organizacional, generar sentido de pertenencia y cercanía participativa a través de la creación, innovación, y sorpresa. Pero -por sobretodo- deben mostrar confianza y pasión.