“Me pongo a disposición para ayudar a las mujeres a surgir, ser la mejor versión de ellas mismas y alcanzar todas sus metas”
Gabriela Salvador, directora ejecutiva de Vantrust Capital y flamante integrante del G100
A sus 52 años y 30 de carrera profesional, Gabriela Salvador tiene méritos de sobra para haber sido elegida entre las 100 mujeres líderes más influyentes del mundo en junio pasado por la Women Economic Forum, reconocimiento que comparte con premios Nobel, líderes políticas de diversas nacionalidades y ejecutivas de algunas de las empresas más grandes del mundo. Es fundadora y directora ejecutiva de VanTrust Capital -corredora de bolsa y administradora de fondos chilena-, presidenta de Red América Conecta, vicepresidenta de la fundación ChileConverge, ex Consejera de la Asech y gerenta de 25 empresas de la banca.
Sin embargo, la ingeniera comercial de la U. de Chile recibió con humildad y asombro su ingreso al selecto grupo del G100 y lo asume como un nuevo desafío en su vida y una gran responsabilidad para seguir trabajando por y para las mujeres chilenas, inspirarlas con este reconocimiento a seguir adelante con sus proyectos y animarlas a superar sus miedos y limitaciones. “Quiero ser un ejemplo para las mujeres, pero también ayudarlas en todo lo que sea posible, por lo que hoy me pongo a disposición para ayudar a las mujeres a surgir, ser la mejor versión de ellas mismas y alcanzar todas sus metas”, asegura.
Además, la ejecutiva nos cuenta en entrevista exclusiva con E-negocios su visión de cómo la pandemia y la crisis ha afectado a las inversiones de capital en nuestro país, la incertidumbre que genera en el al sector financiero el proceso constituyente, el panorama local respecto a la participación de mujeres en el mundo laboral, sus sensaciones más profundas luego de ser reconocida por el Women Economic Forum y mucho más.
-¿Cómo se ha visto impactado el sector de las inversiones de capital en el país con la pandemia y la crisis económica? ¿Considera que ya están en franca recuperación?
Para responder esta pregunta es necesario tener claro que el Capex (neto de depreciación) venía descendiendo desde el 2013. Esto tiene relación con la perdida de la capacidad de crecimiento que ha venido mostrando nuestra economía, el rendimiento de capital y del trabajo ya no es suficiente. La productividad se ha vuelto algo imprescindible para seguir avanzando. Con la pandemia, lo que ha sucedido es que las decisiones de inversión se han postergado, a la espera de un nuevo “rayado de cancha” (constitución nueva), clave a la hora de invertir en el largo plazo. Estas inversiones son las que realmente importan por los efectos en empleo, actividad y confianza que implican. Hoy, con los efectos de la pandemia, lo que se ha podido observar es una amplitud en los flujos de caja de las compañías. Pero con el aun frágil escenario de predictibilidad y las desconfianzas en la auto sustentabilidad del modelo económico, esos excesos de caja se están repartiendo a los accionistas vía estrategias de distribución de capital (dividendos, recompras de acciones, etc.). La inversión está solo dirigida a las mantenciones regulares de los activos. No visualizo aún una recuperación, no sin antes esclarecer el tema de la nueva constitución. Finalmente, de acuerdo al catastro de inversión de la CChC, se necesita invertir cerca de USD 175 mil millones de cara al 2027, en varios sectores de la economía para fomentar el desarrollo y la eficiencia país, cosa que aún no se lleva a cabo.
¿Cómo evalúa la incertidumbre política que se vive hoy en el país, con la elaboración de una nueva Constitución, y su efecto en las inversiones y la economía nacional en el mediano plazo?
Como mencioné en la pregunta anterior, la gente está esperando a ver qué va a pasar con la nueva constitución antes de comenzar a invertir en grandes proyectos. Sin eso no se sienten seguros ni con la estabilidad necesaria para hacer grandes inversiones que luego pueden caerse. Estas inversiones serían una gran fuente de trabajo, cosa que hoy falta en el país más que nunca. La incertidumbre por la nueva Constitución viene acompañada con la carrera presidencial de este año, la parlamentaria y con un sesgo hacia lo social, que inhibe pensar en un próximo gobierno disciplinado con el gasto y el endeudamiento.
¿Qué le parecen las medidas que ha realizado el Gobierno para ir en ayuda de las pymes y las empresas en general? ¿Han sido correctas?
Es importante recalcar lo golpeadas que se han visto las pymes durante la pandemia. En un principio estuvieron muy solas, tuvieron que cerrar, varias de ellas quebraron. Las que pudieron salir adelante se las tuvieron que arreglar solas, crear páginas de internet para poder vender, ver cómo lo hacían con la distribución etc., cosa que antes no ocurría. Creo que el Gobierno si se ha movido para dar ayuda a las pymes, tal como el bono pyme. Pero considero que llegó muy tarde a hacerlo. En escenarios normales las pymes generan el 53% del total de empleos entregados, y llegamos a un desempleo de 10,4% (ya nos encontramos en un 9,5%), por lo cual ayudar a las pymes al final no es solo eso, es reactivar la economía y entregarle a la gente la posibilidad de trabajar.
-¿Cómo ve el panorama nacional respecto a la participación de mujeres en el mundo laboral? ¿Sigue existiendo una brecha muy grande en Chile?
Antes de comenzar a responder esta pregunta tengo que aclarar que voy a hablar solamente de la realidad de las mujeres, la cual está muy por debajo de la de los hombres. Esto es importante, ya que si bien a veces este panorama “mejora” siempre estamos por debajo del sexo masculino (actualmente el desempleo femenino es de 10,3%, 0,4 puntos por sobre el 9,9% del masculino). Con la pandemia no solamente bajó la cantidad de empleos entregados para mujeres, sino que también muchas mujeres dejaron de buscar trabajo, ya que al quedarse en la casa con hijos las prioridades cambiaron y se les hizo más difícil compatibilizar el trabajo con la vida en el hogar, lo que no ocurre con los hombres. Así la brecha se va agrandando día a día, sobre todo si es que los recintos educacionales no abren, ya que no se les da la posibilidad a muchas mujeres de volver al trabajo de manera normal.
-¿Cree que se está haciendo un buen trabajo en cuanto a políticas públicas para empoderar a la mujer y potenciar su participación en campo laboral o en altos cargos de dirección? ¿Debería existir algún tipo de sistema de cuotas para integrar mujeres en los directorios de grandes empresas?
Día a día las mujeres se han ido empoderando pero no necesariamente gracias a las políticas públicas (las cuales no son suficientes), sino que al cambio de conciencia en la sociedad. Gracias a todas las mujeres que hoy se miran y ayudan en vez de juzgar. Son estos actos los que hacen que las mujeres vayan empoderándose. En relación con las cuotas de género, yo sí estoy a favor de estas, pero no siempre fue así. En un principio no estaba a favor de las cuotas de género, no me gustaban, pensaba que “si una persona es buena va a llegar donde tiene que llegar solamente por sus capacidades”. Pero cuando empecé a subir en la escala gerencial y empiezas a ver que cada vez hay menos mujeres se te prende una luz de alerta en tu cabeza. Son mujeres buenas, mujeres que tienen las capacidades, pero que los hombres no les daban el espacio. Así fue como comencé a informarme más acerca del tema de cuotas de género y aprendí que estás funcionan. Si se implementan por cierto periodo de tiempo luego se comienza a hacer una práctica normal, y la cuota se mantiene sin que esta sea obligatoria.
-En junio ingresó al selecto grupo del G100, promovido por la Women Economic Forum y que reúne a premios Nobel y exjefas de Estado, ¿cómo toma este reconocimiento tan importante a nivel mundial?
La verdad es que yo aún no me lo creo, es un poco surrealista. Agradezco de corazón a todas las personas que me han ayudado a llegar hasta acá, pero si bien estoy muy contenta también estoy consciente de la tremenda responsabilidad que esto implica, ya que espero no solamente aprender, sino que también ser capaz de aportar desde este puesto. Considero importante recalcar que todo esto ocurrió desde una sala en mi casa con mi computador al frente, y nunca pensé que fuera posible. Hoy me tomo este reconocimiento con toda la gratitud y como un impulso a seguir trabajando para y por las mujeres de este país.
-¿Considera que este reconocimiento puede ser un ejemplo para otras mujeres del país a seguir adelante con sus proyectos?
Totalmente. Creo que este reconocimiento es un ejemplo para las mujeres no solamente de seguir adelante con sus proyectos, sino que también de animarse a hacer cosas que muchas veces les dan miedo. Nunca me imaginé donde estoy ahora, era una mujer de banco, con un trabajo de oficina, no me veía siendo un ejemplo fuera del círculo donde me movía. Hoy me di cuenta del potencial que tenía y quiero que con eso se queden las personas, con que realmente nadie sabe el potencial que tenemos hasta que nos encontramos en ciertas situaciones que nos hacen salir a flote. Doy gracias a Dios constantemente que tuve la oportunidad y a donde estoy llegando. Quiero ser un ejemplo para las mujeres, pero también ayudándolas en todo lo que sea posible. Hoy me pongo a disposición para ayudar a las mujeres a surgir, ser la mejor versión de ellas mismas y alcanzar todas sus metas.